El Encuadernador, Bridget Collins
3,5/5 estrellas
Páginas: 476
Editorial: Plaza y Janés
Fantasía, romance
Primero
que nada, me gustaría dar las gracias a Plaza y Janés por el envío del
ejemplar. Es un libro que, a simple vista, ya destaca por lo precioso que es y
la edición tan cuidada que tiene.
SINOPSIS
Imagina que los libros no solo contienen historias.
Imagina que puedes ocultar entre sus páginas tus mayores
miedos, tu dolor más profundo, tus secretos más oscuros. A todo el mundo.
Incluso a ti mismo. Para siempre.
Emmett Farmer, después de un largo día de trabajo en el
campo, recibe una misteriosa carta que le cita a incorporarse como aprendiz de
encuadernador. Es una profesión que despierta miedo y superstición en su
entorno. Sin embargo, como humilde campesino sin recursos, no le queda más
remedio que abandonar la granja familiar.
En la casa aislada donde vive su maestra, la anciana
Seredith, Emmett aprenderá a elaborar libros que, más allá de tener unos
acabados muy cuidados, son tomos mágicos que conservan los recuerdos de las
personas y atesoran secretos del pasado.
Quien quiere olvidarse de algún episodio del pasado,
puede acudir al lugar donde los encuadernadores encierran estas vivencias en
volúmenes que guardan en una cripta bajo el taller: una suerte de biblioteca
del olvido en la que todo permanece a la espera. Pero un día Emmett descubre su
nombre en uno de esos libros...
OPINIÓN
Desde
el principio, supe que este libro sería especial, algo diferente y que me iba a
sorprender. Y así fue.
Recorrí
varias sensaciones a lo largo de esta lectura y sus tres partes, muy distintas
unas de otras.
El
libro empezó gustándome y, aunque no me enganchaba y me resultaba algo lento,
tampoco me aburría. Tenía ganas de seguir leyendo y conocer más cosas sobre el
mundo y el arte de encuadernar; quería entender ciertas intrigas que se nos
presentaban…
Me
gustó mucho todo el misterio que rodea a Seredith, su pequeña cabaña y su
trabajo, cómo la autora nos introduce poco a poco en ese mundo a la vez que lo
hace el protagonista, Emmett; cómo aprendemos todo de cero con él, y cómo cada
una de las preguntas que le surgen a Emmett le surgen también al lector. Estás
deseando que la anciana Seredith comparta de una vez con Emmett todos esos
secretos que guarda bajo llave, y también contigo.
Pero
entonces, sucede algo inesperado, y la vida de Emmett Farmer vuelve a dar un
giro, y aquí nos adentramos en la segunda parte del libro, donde la temática de
la novela cambia por completo y se centra en algo que, de primeras, al leer la
sinopsis, no te esperas. Aunque lo cierto es que, hacia el final de la primera
parte, empieza a ser bastante obvio.
Y
fue en esta segunda parte cuando el libro me atrapó, me enganchó de tal manera
que no podía soltarlo. Sentía la necesidad de devorar cada página, ansiosa por
saber qué iba a pasar. Me encantó. Lo viví, lo sentí, me emocioné.
Lo
único que puedo criticar de este cambio de temática es que se dejara a un lado
todo lo relacionado con el mundo que se nos presenta en la primera parte. La
verdad es que me parecía algo interesante y original sobre lo que quería saber
más. Me hubiera encantando que introdujera este cambio radical, pero sin dejar
de desarrollar todo lo que se vive en esa primera parte.
Después,
en la tercera parte, se nos presenta un cambio de narrador, cosa que me
sorprendió, en un principio, para bien, porque me gustó ver la historia desde
otra perspectiva, pero al final llegué a echar de menos la visión de Emmett.
Después de todo lo sucedido, me hubiera gustado ver qué sentía y pensaba él.
Aun
así, esta tercera parte siguió en la misma línea que la segunda, a pesar de ese
cambio de narrador, y también la disfruté muchísimo, y me mantuvo atrapada
entre sus páginas hasta el mismo final, que es, a mi modo de ver, el gran fallo
de este libro. Y os explico por qué.
Me esperaba mucho de ese desenlace, y la verdad
es que fue un pequeño chasco. Me gusta cómo acaba la historia, pero sentí que
me faltaba algo. Y ni siquiera es porque sea un final abierto, porque eso ya me
lo esperaba y, de hecho, para este libro, creo que es ideal que el final no sea
cerrado del todo; se alargaría muchísimo de ser así y creo que rompería parte
de la magia. Lo que no me gustó fue la manera en cómo se presenta ese final. No
me llegó para nada, después de pasarme emocionada toda la historia, lo sentí
muy soso y frío… No tenía nada de toda esa carga emocional que yo me esperaba
y, además, el corte me pareció muy brusco, como si le hubieran dado un corte
con un hacha al final del libro.
Aparte
de la trama, una de las cosas que más me ha gustado de esta novela es la pluma
de la autora, tan detallista en las descripciones, pero sin llegar a hacerse
pesada ni saturar de información al lector. Durante la lectura, a veces podía incluso
llegar a oír los sonidos más leves, sentir el tacto del objeto más
insignificante, notar el frío de la nieve o el calor del fuego.
En
cuanto a los personajes, mi favorito es Lucian, me encanta su manera de ser, cómo
es perfecto en toda su imperfección, y me ha llegado al corazoncito toda su
historia. También me gustan mucho Emmett y Seredith, una mujer de lo más
entrañable; por otro lado, no he podido detestar más al señor Darnay, y la
joven Alta y los padres de Emmett, en ocasiones, me ha sacado totalmente de mis
casillas. En definitiva, son personajes que me han hecho sentir, sea una cosa u
otra.
En
resumen, pese a que, para mi gusto, tiene sus fallos, creo que es un libro diferente y especial, que, sin duda,
merece una oportunidad de ser leído.
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